La importancia del papel del metodista

La figura del Metodista, también llamado Ingeniero de Procesos Logísticos, no es tan común dentro del almacén, a pesar de que las actividades que se les atribuyen suelen ser cruciales para el buen funcionamiento de las plantas. Por tanto, arrojemos algo de luz sobre este trabajo, definiendo en primer lugar su función y sus tareas.
Se entiende por metodista aquella figura, dentro del organigrama del personal de almacén, que realiza las actividades de control y optimización del stock y de las operaciones de forma continua y puntual, con vistas a la mejora continua. En realidad, estas tareas suelen ser cubiertas por otras figuras profesionales dentro de las empresas, como el jefe de almacén, sus adjuntos o los directores de departamento/área. Evidentemente, estas figuras realizan principalmente otras actividades, por ejemplo de planificación y coordinación en el caso del Jefe de Almacén, además de las del Metodista, con el riesgo de descuidar estas últimas, que suelen tener un menor grado de urgencia.
Entre las misiones que el metodista suele afrontar en la empresa se encuentran las siguientes:
- Garantizar la conformidad de las existencias: comprobar la correspondencia entre las existencias informatizadas y las físicas, identificar las causas de las diferencias de inventario y corregirlas;
- Gestionar y organizar, a corto plazo, los inventarios: decidir las fechas de ejecución y definir los detalles de las actividades de inventario rotativo y/o periódico;
- Realización, mantenimiento y optimización de la cartografía de las existencias: definición del tamaño, ubicación y asignación de los artículos a los compartimentos del almacén. Esta actividad, con vistas a la mejora continua, debe repetirse al menos una vez al mes, a menos que ya se prevean acontecimientos (por ejemplo, un cambio debido a la estacionalidad);
- Gestionar las actividades ejecutivas del punto anterior: definir los cambios de artículo por estante, las agrupaciones de existencias, etc;
- Gestionar todas las excepciones dentro de la cartografía: encargarse de los nuevos artículos que se van a almacenar, de los artículos obsoletos que hay que destacar para su posible eliminación, de los artículos especiales que hay que tratar con cuidado (peligrosos, valiosos, inflamables, grandes cantidades fuera de las llegadas estándar) y definir cualquier agrupación de existencias;
- Definir el método de reposición en el punto de picking: elegir el método de llamada a la reposición (bajo stock o por necesidad) y definir los drivers que lo regulan;
- Establecer y mantener las políticas de enrutamiento en el almacén: definir los métodos para que los operarios crucen y visiten los pasillos (rutas transversales, de ida y vuelta, de punto medio, de mayor espacio);
- Definir los estándares de referencia: identificar los tiempos estándar de referencia y la productividad para cada actividad a través del análisis de los datos históricos del software de gestión de almacenes y de los estudios de tiempo directos de las operaciones;
- Activar políticas de mejora continua: realizar actividades encaminadas a mejorar la situación actual de forma continua y sin intermitencias aprovechando también los resultados del punto anterior;
- Gestionar las actividades ejecutivas del punto anterior: implantar y activar los nuevos métodos operativos definidos en el punto anterior ocupándose de los desarrollos, tanto a nivel operativo como a nivel de activos y software;
- Actualizar los procedimientos operativos: en colaboración con la función de calidad, actualizar y difundir los procedimientos operativos de las actividades del almacén cada vez que se modifiquen;
- Comprobación de la forma correcta de trabajar: a partir de lo definido en el punto anterior, se comprueba que los procedimientos operativos se sigan realmente (que describen la forma de trabajar que parece ser la mejor en ese momento y a la que todos deben atenerse).
Todas las tareas mencionadas requieren importantes aptitudes y habilidades para desempeñar eficazmente esta función, una de las más complejas y creativas dentro del almacén. Los conocimientos informáticos son ciertamente necesarios. De hecho, además de ser capaz de utilizar de forma experta el software de gestión de la empresa (ERP) y el software de gestión de operaciones de almacén (WMS), es necesario ser un usuario experto en el procesamiento de bases de datos y hojas de cálculo. Además, es imprescindible tener conocimientos técnicos específicos de logística (equipos, métodos de trabajo, criterios de organización, etc.), de mejora (teoría de tiempos y métodos, conceptos de lean warehousing, etc.) y de normativa (seguridad, cargas de fuego, etc.). Por último, es esencial tener aptitudes organizativas (por ejemplo, para el inventario y los estudios de tiempo), analíticas (para el tratamiento de los datos históricos y de los datos de tiempo y métodos) y de gestión (orientación a los resultados, espíritu de iniciativa, etc.), así como aptitudes personales como la capacidad de trabajar en equipo, la iniciativa y la curiosidad, esta última es fundamental para cualquier actividad de mejora continua.
En conclusión, creemos que en los almacenes de cualquier tipo (producción, distribución y proveedor externo) de intensidad media-alta, las actividades realizadas por el Metodista son fundamentales para mantener la rentabilidad de la empresa y mejorar el nivel de servicio ofrecido al cliente. Sólo a través del análisis y el seguimiento continuos del almacén es posible optimizar todas las "preciosas" herramientas disponibles en un contexto de cambio continuo, fuerte tensión competitiva y flexibilidad cada vez mayor. La figura del Metodista es fundamental para todas las empresas con visión de futuro que ven en el almacén una palanca para competir y hacer negocios, buscando explotar al máximo su potencial.
Para información: Simco Consulting - mail: simco@simcoconsulting.it - Tel. 02 39325605
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