Cómo abordar el proyecto de un almacén
El proceso de revisión funcional de un almacén no debe abordarse de manera simplista; subestimar las implicaciones económicas, financieras, tecnológicas, organizativas y humanas significa ignorar palancas clave de competitividad y diferenciación. El almacén no debe interpretarse únicamente como una entidad física (los espacios donde se almacenan las mercancías), sino como un segmento importante de la cadena de suministro que está condicionado y condiciona las operaciones empresariales en términos de costos y servicio.
Abordar un proyecto de reorganización del almacén que no amplíe el horizonte desde la esfera meramente física a la organizativa y de gestión implica un enfoque parcial y resultados subóptimos. Por ejemplo, cuando entre las problemáticas de un almacén se identifica la falta de espacio, no se debe intervenir únicamente en las tecnologías de almacenamiento y manejo, sino también, si es necesario, en la gestión de inventarios para reducir los volúmenes de mercancías a almacenar.
Además, debemos ser conscientes de que los límites del almacén han cambiado; hoy en día, este puede estar en parte fuera de la empresa, y no solo por una decisión de externalización, sino también como resultado de políticas de abastecimiento o producción que involucran a otras empresas, en una relación de asociación, en la gestión de la Supply Chain. Cuanto más abarca un proyecto de almacén en múltiples sectores, más complejo se vuelve y, en consecuencia, exige ser abordado con niveles adecuados de competencia, tanto en lo que respecta a la logística (en sus diferentes aspectos) como al método de diseño.
La primera fase es aquella en la que se detecta la existencia de un problema: los "síntomas" pueden ser evidentes (capacidad de almacenamiento) o más sutiles (descenso del nivel de servicio, poca precisión y/o puntualidad, costos logísticos que erosionan más de lo razonable la rentabilidad del negocio). El "termómetro" es un control riguroso de los KPI más importantes y/o una auditoría realizada internamente o por especialistas. A partir de este "cuadro clínico" se pueden iniciar los principales pasos metodológicos para el diseño del almacén:
Define las opciones estratégicas, tecnológicas y organizativas para eliminar los puntos débiles y alcanzar niveles de excelencia en términos de eficiencia, precisión y servicio. Identifica las soluciones alternativas, las analiza y presenta determinando sus valores en términos de resultados alcanzables, presupuesto y retorno de la inversión, costos operativos, flexibilidad operativa y tiempos de ejecución. Sin un estudio de viabilidad, el riesgo de no identificar la solución óptima es altísimo.
- Proyecto detallado
Es el diseño analítico de todos los componentes del almacén para emitir los planos y especificaciones técnicas y funcionales necesarias para el lanzamiento de las licitaciones.
- Gestión de la implementación
Acompañando al Cliente, se brinda asistencia técnica en las licitaciones, se verifica el contenido técnico y el cronograma de ejecución del proyecto, se realiza la gestión de proyectos logísticos y la supervisión en el sitio, la capacitación del personal y la asistencia en las pruebas, el arranque y la puesta en marcha.
SIMCO es una empresa de consultoría especializada en logística que, en más de 40 años de historia, ha desarrollado más de 2.400 proyectos para empresas de diferentes tamaños y sectores. Si también usted tiene previsto mejorar la eficiencia del almacén de su empresa, estaremos encantados de reunirnos con usted (puede contactarnos en la siguiente dirección: m.cernuschi@simcoconsulting.com), sin ningún compromiso de su parte, para explicarle mejor nuestras competencias y experiencias y evaluar si pueden serle útiles.
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